La soberanía alimentaria y la agroecología representan un duro escollo para los intereses de las empresas agrícolas y alimentarias, que se ven beneficiadas con el actual sistema alimentario mundial. En estos sistemas alimentarios las grandes empresas no pueden obtener ganancias, pues no utilizan organismos genéticamente modificados, semillas híbridas o insumos químicos vendidos por las corporaciones del agronegocio, ni tampoco producen mediante monocultivos para abastecer granjas industriales o las plantas procesadoras de las grandes empresas alimentarias. A medida que estos movimientos sociales se han ido fortaleciendo y que la soberanía alimentaria y la agroecología son vistas cada vez más como las verdaderas soluciones para la crisis climática, las empresas alimentarias y agrícolas han aumentado sus esfuerzos por destruirlas.
La táctica principal que utiliza la agroindustria es el lavado de imagen: una estrategia publicitaria o de marketing en la cual las empresas reconocen la existencia de problemas ambientales pero, a través de información falsa o engañosa, se presentan a sí mismas y a sus productos como si estuvieran ofreciendo soluciones para dichos problemas, pero continúan vendiendo los mismos productos y promoviendo los mismos modelos de producción y consumo alimentario que están matando el planeta y destruyendo el control de los pueblos sobre su territorio y su biodiversidad. Las grandes empresas agrícolas y alimentarias utilizan esta estrategia para confundir a la gente y bloquear acciones que pudieran poner en peligro sus ganancias.
En este texto de GRAIN se identifican y desmitifican algunos conceptos claves sobre el lavado de imagen y las falsas soluciones que las empresas agroalimentarias utilizan para boicotear las acciones realmente efectivas para combatir el cambio climático.
Imagen: GRAIN